sábado, 13 de octubre de 2012

El placer de aprender cosas nuevas

El mundo ajetreado en el cual vivimos, muchas veces nos lleva a enfrascarnos demasiado en los afanes de nuestra cerrera u oficio, que nos ocasiona cierta ceguera en cuanto a otras cosas que a pesar de ser muy sencillas a primera vista, podría resultarnos complicadas cuando estemos en el llano, tratando de aprenderlas. Y es que, llega una etapa en el hombre en la que suele sentirse poco útil, por lo general esto ocurre cuando se produce un cierto paréntesis en nuestras vidas debido a un descanso por enfermedad, la llegada a un lugar extraño, o el termino de nuestra vida laboral con la ansiada y luego odiada jubilación o en otros casos, el simple hecho de cambiar de rutinas y enfrentarse a situaciones nuevas.

Es recomendable que, cuando tengamos frente a nosotros una rutina nueva o un tanto difícil, pongamos de nuestra parte, tratando de poner buen humor a las cosas y sobre todo esmero y dedicación al momento de hacerlas. Algo muy parecido, le pasó a Facundo o “Facu” como lo conocemos de cariño, tras casi 40 años de haber trabajado en un campamento minero como obrero de superficie, optó por jubilarse.

La primera semana parecía increíble, su cuerpo por fin descansaba de las arduas faenas de 8 horas diarias, había llegado la hora de ocuparse de otras cosas. A medida que los días pasaban, no hallaba una tarea en la que podría ocupar su tiempo, a sus 67 años Facu, aún conservaba vitalidad, es en este momento que decide observar como uno de sus nietos se afanaba en dominar un aparato llamado computadora. 

Para nuestro amigo, capaz de calcular fuertes cargas de explosivos con los que se abrían los socavones en la mina, y gran habilidad para manejar maquinaria pesada, se veía casi inútil al momento que su nieto le enseñaba el funcionamiento de ese pequeño aparato que podía llevarlo de un lugar a otro y que increíblemente lo podía comunicar con uno de sus hijos que se encontraba en Estados Unidos. Al paso de tres meses, Facu logró manejar la computadora o laptop de su nieto de manera muy ágil, hecho que lo animo a poner un negocio de cabinas de internet, el mismo que ahora ha prosperado.

Así como Facu, muchas personas nos vemos extrañas ante ciertas circunstancias, pero nada ni nadie debe opacar nuestras ganas de aprender, ya sea desde volar una cometa hasta aprender un oficio que pueda ayudarnos a subsistir.