La
gastritis aguda es un cuadro de instauración brusca, generalmente pasajero, de
etología múltiple (química, física, infecciosa, toxica o alérgica), que suele
cursar con dolor o malestar. En estas condiciones es preciso instaurar en ayuno
completo durante las 24 horas o calculadora
nutricional a excepción de alguna
pequeña cantidad de líquido se tolerase. Aunque corrientemente no suele ser
necesario, si las condiciones generales lo requirieran, se recurriría a la vía
parenteral para reponer de agua y electrolitos.
La
gastritis crónicas pueden estar originadas por errores dietéticos, como comidas
excesivas, muy condimentados, masticación insuficiente o por el abuso del
alcohol entre otras muchas causas, por lo que el reconocimiento y la corrección
de estos desajustes alimenticios son factores básicos para su curación. La
fragilidad de la mucosa, ya se encuentre ingurgitada o atrófica, y el estado de
su función secretora van a poner un límite a la capacidad digestiva del
estomago.
Cuando cursa con normo acidez o hiperacidez se deberá instituir un
régimen de protección gástrica, como el del uncus que suele ser bien tolerado,
suprimiéndose todos los alimentos excitantes y condimentados. Y cuando cursa
con la atrofia del epitelio secretor, lo que implica hipoacidez o anacidez, es
necesaria también una dieta amplia, sencilla, blanda, de fácil digestión, no
siendo recomendados los alimentos excitantes o estimulantes de la secreción
clorhidropepsica, que poca acción tendrían sobre un epitelio desvitalizado,
salvo la posibilidad de irritar.
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